El accidente ocurrido el lunes 13 en Ayacucho fue devastador al dejar 9 muertos; dentro de ellos 6 escolares y 2 profesores; y otros 55 heridos en estado más o menos grave, en el momento en que unos 70 alumnos y profesores del colegio 9 de diciembre cruzaban el puente colgante Santa Bárbara que conectaba la zona urbana y el centro educativo.
Parecerá una paradoja pero el puente se había declarado en emergencia y el inicio de las reparaciones y mantenimiento respectivos empezarían el miércoles 15 del presente mes. No pudo aguantar dos días más y a pesar de que hubo carteles que indicaban que el puente solo podía cruzarse en una sola fila, esto no fue suficiente para prevenir tal catástrofe humana.
La población ayacuchana sin duda está viviendo un drama en estos momentos, no sólo por la muerte de sus habitantes sino por la impotencia de no poder hacer más de lo que se pudiera. El hospital de la zona no puede abastecer a tantos heridos y necesitan trasladarlos a otros centros de atención médica y en casos de gravedad, a Lima.
Es importante no sólo conocer las crisis de nuestros país sino también apoyar en lo que se pueda a la población como un sólo estado que somos. Prevenir en la medida que se puedan más accidentes de este tipo que son totalmente predecibles y medibles.